Emprendimiento y agua, el binomio que garantiza nuestro futuro

La falta de acceso a agua potable es uno de los problemas más acuciantes de la humanidad y solucionar la grave crisis hídrica a nivel mundial constituye el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de las Naciones Unidas. Diversas soluciones emprendedoras ponen la innovación al servicio del derecho al agua para, gota a gota, sumar esfuerzos.

Garantizar el acceso a agua potable y saneamiento es uno de los compromisos adquiridos por la comunidad internacional en el marco de la Agenda 2030, pero los esfuerzos actuales no son suficientes para alcanzar esta meta a tiempo. Al ritmo actual, 1.600 millones de personas no dispondrán de acceso a agua segura para 2030, según las Naciones Unidas. Los esfuerzos internacionales deberían acelerarse por cuatro para cumplir con el ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible) 6, en una carrera contrarreloj donde la innovación puede ser un aliado decisivo.

La reciente Conferencia de la ONU sobre el Agua ha marcado el ecuador del Decenio Internacional para la Acción «Agua para el Desarrollo Sostenible», adoptado en 2018. En su agenda, llama a la cooperación internacional, científica e intersectorial para transformar el compromiso en iniciativas tangibles y de impacto. Los emprendedores, la inversión y las asociaciones público-privadas son jugadores imprescindibles en esta partida para asegurar el futuro de nuestro planeta.

La crisis de agua y la necesidad de emprendimiento

Los últimos datos, correspondientes a 2020, indican que el 26% de la población mundial carece actualmente de acceso a agua potable y segura. Según el Atlas de Riesgo Hídrico del World Resources Institute, pocos países pueden considerarse fuera de peligro, ya sea por la falta de acceso a agua o por su mala gestión y gobernanza.

Mientras el consumo hídrico aumenta aproximadamente a un ritmo del 1% anual a nivel global, advierte la UNESCO, la escasez de agua va camino de convertirse en un problema no solo en aquellos países donde ya era un mal endémico, sino también en regiones donde actualmente abunda, como un gran porcentaje de América Latina.

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«La crisis climática hace que la disponibilidad de agua sea bastante incierta, porque las sequías hoy son más frecuentes y los periodos de lluvias más abundantes», señala Tatiana Malvasio, COO y cofundadora de la plataforma de gestión eficiente del riego Kilimo. «Eso genera problemas en el suelo, problemas económicos, por la pérdida de cultivos; de disponibilidad de alimentos, aumento de precios…».

La escasez hídrica afecta de manera desigual a los grupos y territorios más vulnerables: solo el 30% de las personas de pocos ingresos tienen acceso a agua segura, frente al 98% de altos ingresos.  El 75% de los habitantes de América Latina y el Caribe dispone de ese acceso y solo un 30% del África subsahariana, unos datos que contrastan con el 96% de Europa y América del Norte. La crisis del agua también tiene una vertiente de género: mujeres y niñas son las encargadas de recoger agua en el 80% de los hogares con problemas de acceso a sistemas de abastecimiento, además de afrontar otros problemas relacionados con el acceso a saneamiento o techos de cristal en el sector del agua.

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El sector agrícola, en el punto de mira

La conservación de los recursos hídricos es fundamental para luchar contra el cambio climático. Recientemente, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha publicado el informe ‘Síntesis AR6: Cambio Climático 2023’, que resume los datos de los últimos 5 años sobre la crisis climática, y señala como mecanismos eficaces para reducir sus riesgos una mejor gestión y almacenamiento del agua de las explotaciones agrícolas y el regadío.

En este sentido, los proyectos que proponen métodos más eficientes para el uso y la reutilización del agua se posicionan como aliados fundamentales. Englobadas dentro de la consideración de ‘agrotech‘, destacan startups como la española BrioAgro, que desarrolla un algoritmo para el riego inteligente; o la británica Trinity AgTech, cuyo ‘software’ permite calcular el impacto contaminante de las prácticas agrícolas en el agua, entre otras funcionalidades. Ambas han realizado pruebas piloto con áreas de BBVA, en un proceso facilitado por BBVA Open Innovation.

Por su parte, Kilimo fue fundada en Argentina y cuenta ya con presencia en otros cinco países de América. Su plataforma permite a los usuarios recibir recomendaciones de riego en base a datos meteorológicos y satelitales, ayudándoles a optimizar el uso de agua y energía. «La posibilidad que tenemos hoy de acceso a datos es una gran ayuda para los productores agrícolas, porque de esa manera pueden tomar acciones sobre lo incontrolable de la naturaleza», afirma Malvasio.

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"Los datos permiten tomar acciones sobre lo incontrolable de la naturaleza"

Además, Kilimo colabora con empresas como Google y Microsoft para desarrollar proyectos de compensación de agua, por los que las compañías logran sus objetivos de «neutralidad de agua» a través del ahorro de riego de los productores que utilizan la solución de Kilimo, y que a su vez reciben compensaciones económicas. «Es una iniciativa que permite generar incentivos para los productores, que los animan a incorporar la tecnología a su producción; y conectar a todos los actores de la sociedad para desarrollar soluciones», explica Malvasio.

Colaboraciones, circularidad y criterios ESG

Numerosas iniciativas para la conservación, el ahorro y la accesibilidad del agua florecen gracias a la implicación de las administraciones y las empresas privadas. Por ejemplo, la Unión Europea impulsa un gran número de proyectos de I+D, tales como la iniciativa Prima, el programa Horizonte Europa o EIT Food. En todos ellos participa BIOAZUL, empresa de ingeniería y consultoría tecnológica. «Trabajamos en diferentes proyectos que tienen que ver con el uso de aguas regeneradas para producción agrícola. En este caso no solo cerramos el ciclo del agua, sino también ciclos de nutrientes que se conservan para así disminuir el uso de fertilizantes», explica Antonia Lorenzo, socia fundadora y responsable de I+D. «A través de la participación en todos estos proyectos y en diferentes iniciativas a nivel europeo y mundial, hemos entendido las interconexiones que tiene el agua con los ecosistemas, con la industria, con el género… Es muy importante entender que lo que hagas con el agua puede tener consecuencias negativas o positivas en el entorno a muchos niveles».

"Lo que hagas con el agua puede tener consecuencias negativas o positivas en el entorno a muchos niveles"

Por su parte, la española AUARA contribuye a impulsar el acceso a través de la venta de agua mineral natural embotellada en envases de plástico reciclado. «AUARA nace como una empresa social cuyo objetivo es llevar agua allí donde se necesita. Para ello dedicamos el 100% de nuestros dividendos a la realización de proyectos (pozos, saneamientos, depósitos) en comunidades desfavorecidas», afirma su CEO, Antonio Espinosa de los Monteros. La empresa ya ha facilitado el acceso a agua potable a casi 100.000 personas en 22 países de África, Asia y América Central, mediante la instalación y construcción de 130 infraestructuras.

«Todas las empresas pueden contribuir a buscar soluciones a la crisis del agua, tanto si esta se sitúa en el eje de su actividad como si tienen que gestionar y reducir su consumo», recuerda Espinosa de los Monteros. La gestión cada vez más sostenible del conjunto del ecosistema emprendedor, señala, «con planes de movilidad verde, sistemas de reciclaje, programas de voluntariado o políticas de ‘net zero’ es un enorme valor de ejemplo y concienciación».

"La propia gestión cada vez más sostenible del ecosistema emprendedor es un enorme valor de ejemplo"

Conciencia y colaboración, claves del emprendimiento en agua

Sectores fundamentales en la cuestión del agua, tales como el agrícola, están dando pasos importantes para optimizar su uso de recursos de la mano de la innovación. «La confianza es clave», subraya Tatiana Malvasio, de Kilimo. «Hay una gran responsabilidad de las empresas de tecnología para hacerla más accesible». Hacer cambios supone un cierto riesgo, recuerda por su parte Antonia Lorenzo, de BIOAZUL: «Tenemos que crear la evidencia de que esto no va a afectar negativamente al negocio para apoyar la transición hacia una agricultura más regenerativa».

Las sinergias son el otro gran caballo ganador en la carrera para superar la crisis hídrica: «La innovación necesita de la involucración de los diferentes actores implicados—gobiernos, empresas, tercer sector y ciudadanía—para afrontar los desafíos, cada vez más acuciantes, del desarrollo sostenible», afirma Antonio Espinosa de los Monteros, de AUARA. Lorenzo incide además en el potencial de la cooperación internacional: «Te ayuda a abrir la mente y desarrollar soluciones que sean más versátiles a la hora de adaptarlas a diferentes contextos locales». Además, trabajar con organismos públicos de investigación «permite también beber de su trabajo y transformarlo en innovación para llegar al mercado».

«Tenemos que trabajar en conjunto para que los intereses de todos puedan seguir prosperando para el beneficio para las sociedades», sentencia Malvasio. Emprendimiento, innovación y cooperación son los pilares que nos permitirán encauzar ese imprescindible recurso que es el agua hacia la circularidad y el uso sostenible.

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